El Algarve - Septiembre 2019


El Algarve, la Costa Vicentina, El Sudoeste Alentejano....

No tengo muy claro donde empieza uno y dónde termina el otro, lo que si tengo claro es que para mí, existen dos costas.

Una que empieza en el Cabo San Vicente y va hasta Setúbal, que es una costa salvaje, protegida, de playas interminables, acantilados impresionantes, aguas con toda la gama de azules y verdes que podáis imaginar, pistas de arena, carreteras de las de antes. Un paraíso por descubrir.

Y otra costa que va del Cabo San Vicente hasta Huelva, que también tiene unas playas preciosas, con unas formaciones rocosas que salen del mar de color amarillo-anaranjado que se llaman falesias que impresionan, y un mar de color turquesa que invita al baño, eso si, el agua está "fresquita", playas y acantilados llenos de gente, de autobuses, de hamacas y sombrillas de paja, de alquileres de tablas de sur, de Paddle surf, de barquitas, de catamaranes, de barcos piratas...en el mar no cabe nada más que pueda flotar. Un paraíso masificado.

Qué difícil es el equilibrio...os invitamos a descubrir las dos.




Este año hemos tenido que anular en el último momento nuestro viaje a Australia por problemas familiares, así que como alternativa tuvimos que improvisar unas vacaciones  en un sitio más cercano, ese destino fue el Algarve, un lugar que siempre habíamos querido conocer pero que al final nunca se convertía en destino. Así que esta vez hacía allí dirigiríamos nuestros pasos y nuestras cámaras.
Leyendo en la mayoría de los blogs e información que había en Internet, todo el mundo recomendaba el Algarve del sur de Portugal, fotos de playas en las que unas grandes rocas amarillas emergían de aguas de color turquesa. Impresionantes.

Cuando ya teníamos organizado el viaje desde el Cabo de San Vicente a casi llegar a la costa de Huelva, de repente, llegué a un blog en el que una persona echó por tierra todas mis expectativas, todas esas fotografías que había visto como espectaculares se empezaron a llenar de gente, de hamacas, de sombrillas de paja de las de alquiler, de gente bajando de autobuses, un tipo, del que ahora no recuerdo el nombre pero al que le agradeceré eternamente que me abriera los ojos,  escribió en su blog que se pasó de largo toda esa costa porque estaba completamente masificada, llena de macrohoteles y totalmente turistificada....Ufff eso es lo que más odio en unas vacaciones... pero como ya lo tenía todo más o menos organizado... pensé...bueno es la segunda quincena de septiembre....ahora no habrá tanta gente....pero no estaba tranquila, no quería que nuestras vacaciones se arruinaran por segunda vez, así que seguí buceando en Internet, y gracias a eso descubrí que hay otro Algarve... otro que iba también desde el Cabo de San Vicente pero hacía Lisboa, en la costa occidental, es la Costa Vicentina y el Parque Natural del Sudoeste Alentejano, y que bien hicimos, esto si es el paraíso.

También vimos la otra zona, la del Sur, y seguro que a muchos les sigue pareciendo espectacular, y no niego que no sea bonita, la costa lo es, pero sobran muchas cosas, muchos edificios, mucha gente, muchas sombrillas, muchas hamacas...muchos barcos... Y entonces surge la eterna pregunta....quién decide dónde está el equilibrio???

Para mi gusto en la Costa Vicentina lo han conseguido....por ahora...

Ahora intentaré enseñaros las dos costas y vosotros decidís donde está vuestro paraíso.

Domingo 15 de septiembre 

Salimos hacía Portugal, un largo viaje en coche desde Bilbao de unas 10 horas, que al final ni nos pareció tan largo con la necesidad que teníamos de vacaciones.

Cuando decidimos partir en dos la Costa del Algarve, pensamos pasar 5 días en una casa en la Costa Vicentina, en Aljezur  y otros 5 días, en el sur del Algarve en Benagil, en otra casa.

Así que a eso de las 18h de la tarde llegaríamos a nuestro primer alojamiento en el Vale da Telha (Aljezur) lo reservamos por booking, una casa impresionante en una tranquila urbanización y a unos 5 km de la playa de Arrifana, una casa con piscina y barbacoa para nosotros solos, en ese momento me volví a arrepentir de haber reservado los otros 5 días en el sur del Algarve, me hubiera quedado aquí toda la vida.


Cuando dejamos de alucinar con la casa, nos fuimos hacía la playa a buscar algún sitio para cenar. 
En la urbanización hay 4 o 5 restaurantes, que no llegamos a probar, y en la playa hay muchos más, la primera noche cenaríamos en una pizzeria saliendo de nuestra urbanización Vale da Telha camino de la playa una riquísima pizza hecha con masa madre en una terraza con un ambiente estupendo, se llama Arte Bianca. No os la perdáis.

Antes de cenar nos habíamos pasado por la playa de Arrifana para ver las recomendadas puestas de sol de la costa portuguesa.





Lunes 16 de septiembre. 

Amanece en Aljezur, después de un copioso desayuno que habíamos comprado la noche antes en la pastelería Pao de Rogil, en el pueblo de al lado, muy recomendable.

Y empezamos la ruta por la Costa Vicentina, nuestra primera parada es la Playa do Amado en Carrapateira, un espectacular arenal y una de las preferidas por los amantes del surf. 



La playa está como dividida en dos zonas, el arenal a la izquierda, y a la derecha, otra playa de rocas de colores.



Nosotros como no íbamos a hacer surf, ni a bañarnos, nos quedamos en la zona de la derecha haciendo fotos de las piedras de colores.

En ambos lados, unas escaleras de madera te acercan al arenal, por esta zona, todas las playas son así, miles y miles de escalones o de rampas imposibles para bajar a la playa, supongo que eso influye para que no estén llenas de turistas.





A mano derecha del parking de arena lleno de furgonetas de surferos, empieza una pista de tierra, que se puede hacer sin problemas con coche, aunque olvídate del color que tenía antes de empezarlo a hacer. Por supuesto también se puede hacer andando o en bici. No vimos muchas bicis por estos caminos, supongo que estas pistas de tierra no son lo mejor para andar en bici.

Esta pista de tierra te lleva por un sinfín de miradores con las mejores vistas de la costa, y termina en otra gran playa, la de Bordeira.

Realmente este es un camino circular que se llama Pontal de Carrapateira, por el camino te vas encontrando con unas grandes letras metálicas  que tienen un código QR donde te da una explicación sobre el lugar en el que te encuentras, es una iniciativa de Carrapateira que se llama Museo Vivo y que te da a conocer el paisaje y la historia de la zona.

Praia do Amado
Portinho do Forno






Al terminar el camino con el coche hay otro parking para dejar el coche antes de bajar a la playa de la Bordeira, otro inmenso y precioso arenal con montones de dunas y por supuesto una inmensa pasarela de escaleras de madera para bajar.


La pasarela desdobla a la derecha para bajar a la playa, y a la izquierda hacia un bonito mirador sobre la playa.



Otra manera de entrar a esta playa es por la parte de las dunas, pero eso si, es difícil caminar por la arena y además igual tienes alguna balsa de agua.


Terminamos el día cerca de nuestra urbanización, en la Praia do Monte Clérigo, lugar al que volveremos sin duda, porque aquí hay mucho que hacer....

Por ahora despedimos el día con otra bonita puesta de sol.




Martes 17 de septiembre. 

Anoche, mientras veíamos el atardecer, vimos una zona de paseo por una pista de tierra en unos acantilados sobre la praia do Monte Clérigo, como cuando llegamos se hizo de noche, no nos dio tiempo a ver mucho, pero tiene buena pinta, así que ahora que hay marea baja, vamos a ver que descubrimos.

No sé como describiros estas vistas, creo que lo mejor es que lo veáis vosotros mismos.

Unos flysch que me recuerdan a la costa vasca.


 




Mañana bajaremos a pie de playa, porque esos flysch tienen una pinta estupenda, miraremos la tabla de mareas para intentar aprovechar toda la mañana, y además de las fotografías pasar un día de playa por aquí.

Pero nos vamos a descubrir más esta costa, hoy vamos en dirección Lisboa, nuestra siguiente playa es la playa de Amoreira, ufff, otra gran playa, un inmenso arenal donde desemboca el río Aljezur.

En este lado de la playa unas escaleras te bajan al arenal.




Nos vamos a descubrir el otro lado, para ello tenemos que volver en coche al pueblo de Aljezur y coger la carretera en dirección Odeceixe, hay unos cuantos kilómetros y se llega a un aparcamiento gratuito, que por cierto no lo he comentado pero aquí todos los aparcamientos son gratis, ya podían aprender en España con eso de aprovechar el verano para cobrar al personal que va a la playa.

Este extremo de la playa es completamente diferente, más formaciones rocosas tipo flysch, y unos imponentes acantilados.





En esta playa hay un chiringuito en el que aprovechamos para tomarnos una cervecita, Sagres, la más famosa de por aquí, que no está nada mal, es suave, pero está rica.

Y después de este merecido descanso, seguimos nuestra ruta, nuestro siguiente destino será la Praia Vale dos homens, se accede desde Rogil, otra preciosidad de lugar. Una playa bastante grande y poco frecuentada, solo por los surfistas que no les asusta ninguna escalera, y rodeada de acantilados de pizarra.




Vamos a comer en Odeceixe, que parece un pueblo de los más grandes de por aquí, lleno de cuestas para variar, pero con bonitas casas encaladas y puertas de colores. Comimos en el Bar da Praia, un poco de tapeo.


Es la playa donde más gente hemos visto. En esta playa desemboca el río Seixe.


  
Después de comer, nos dirigimos Zambujeira do Mar, un bonito pueblo con una ermita blanca en el acantilado sobre la playa.



Como en todas las playas de por aquí, al otro lado de la playa más formaciones rocosas.



Y si vamos más hacia el sur nos encontramos con otra playa paraíso de difícil acceso, la playa de los Alteirinhos.




Y ahora vamos a acercarnos al cabo Sardao, donde se supone que elige su lugar de anidación muchas parejas de cigüeña blanca, pero no tuvimos suerte, no deber ser la época, pero el paseo por los alrededores del faro también merece la pena. Unos imponentes acantilados de pizarra.




 





Y con este paseo por el cabo Sardao, volvemos hacía donde empezamos hoy el día, a Monte Clérigo, vamos a atardecer en los acantilados...




Miércoles, 18 de septiembre.

Hoy toca día de playa, toalla, bañador, escarpines para andar por las rocas con facilidad y crema solar.... Vamos a la Praia do Monte Clérigo. La marea baja dura toda la mañana, así que ideal para sacar fotos del flysch y remojarnos los pies.

No nos cansamos de hacer fotos de las formaciones rocosas...






Y ahora dejamos las cámaras en nuestra bolsa estanca y nos vamos a dar un chapuzón en aguas del Atlántico que están fresquitas, pero no insoportables. 

Después decidimos ir a comer a Arrifana, un restaurante con unas vistas muy chulas y donde nos comimos un arroz con marisco muy rico. Es el restaurante O Paulo,  situado en lo más alto, junto a la fortaleza de Arrifana.

Tarde de piscina, y hoy terminamos el día en vez de con una puesta de sol, para no aburrir, con una bonita vía láctea desde el cenador de nuestra casa.


Jueves, 19 de septiembre.

Hoy vamos a intentar llegar al Cabo San Vicente, nuestra ruta empieza en un impresionante mirador sobre la playa de Cordoama y Castelejo, para llegar a este mirador tienes que llegar al pueblo de Vila do Bispo, sigue las indicaciones hacia las playas, y antes de desviarte hacía ellas sigue al mirador.

Desde aquí tendrás una de las mejores vistas de la Costa Vicentina, hacía la derecha Cordoama, una playa de casi 4 kilometros de longitud



Y hacia la izquierda, a partir de unas rocas rojizas, Castelejo, que es la más pequeñas de las dos.




 El color del agua se ve espectacular desde esta altura.





Y ahora bajamos a pie de playa, a Castelejo, las formaciones rocosas y el paseo entre ellas, no te lo puedes perder. El agua, "fresquita", pero solo la primera impresión.









Después de un agradable paseo entre pozas, piedras y arenales seguimos descubriendo esta preciosa costa.

La siguiente playa que encontramos en nuestro camino es Punta da Ruiva. Un arenal con una piedra de color ocre en el agua, por la que recibe su nombre. 
Es de difícil acceso, el camino desde Vila do Bispo es por una pista llena de agujeros y la bajada a la playa es por un camino en cuesta interminable.




Decidimos comer en Vila do Bispo, es una zona recomendada para comer percebes en sus tabernas, pero no estamos en temporada, así que nos quedamos con las ganas, comimos en el Solar do Percebe, por eso de ver si pillábamos algunos percebes ricos, pero el sitio no nos gustó mucho, tomamos un arroz tamboril que es arroz caldoso con rape, pero no sé si en otros sitios estará mejor, este estaba soso, sin sabor y con arroz del que no se pasa...puajjj.

Y ya que estábamos por aquí seguimos hasta el Cabo San Vicente, diobio!!! nos acercamos a la costa turística....autobuses....gente....parking abarrotado...y eso que todavía no era hora de puesta de sol...no quiero ni pensar lo que será entonces, un par de fotos y salimos corriendo.



Avanzamos un poco más en la costa hacia Lagos, en Sagres hay una fortaleza que no nos pareció muy atractiva y pasamos de ella y varias playas, una es la Playa de Beliche.


Otras es la playa de Tonel, donde no conseguimos aparcar y por lo tanto no tengo foto, y después seguimos a la playa da Mareta con sombrillas de paja que tanto me gustan. Eso si, tiene chiringuito.




Y para terminar la playa de Martinhal. Casi la playa privada del Hotel Resort  Martinhal. Para quien pueda pagarlo, pongo el enlace :)



Y volvemos a Aljezur, nos despedimos de esta zona y de sus atardeceres hasta muy pronto porque creo que hemos dejado muchas cosas de esta zona por descubrir.






Viernes, 20 de septiembre.

Día de desplazamiento, nos vamos a la otra costa...a la turística...ayer en Sagres y Cabo San Vicente tuvimos un adelanto... No nos gusto nada... bueno... vamos a ponernos con actitud positiva....

Una hora nos separa de nuestro nuevo destino, Benagil en Lagoa, si cogemos la autopista, un par de horas, si no la cogemos. 
Como no tenemos prisa, decidimos no cogerla, pero la verdad es que el camino se hace largo y tampoco pasamos por ningún lugar interesante, pero bueno, llegamos a media mañana a Benagil, nuestra casa está situada en lo alto de un acantilado en la playa de Benagil, a la que se accede desde casa por un camino empedrado, y luego, por supuesto, unas escaleras.

La casa se llama Terraços de Benagil, no está mal, pero después de la casa que hemos dejado en Aljezur todo nos parecerá poco. El mobiliario está un poco viejo, pero la terraza y las vistas al mar compensan un poco, y la zona de la piscina no está muy llena de gente. 



Bajamos a la playa de Benagil para conocer la zona, tomamos una cervecita en el chiringuito de la playa y vemos unas casetas de alquiler de barquitos para ver las cuevas de los alrededores, lo tendremos en cuenta para otro día. 

Muy cerca de aquí hay una cueva muy espectacular que se llama el Algar de Benagil, y parece que sólo se llega en barco, o con tabla, o si eres atrevido, también se debe poder llegar nadando, aunque con tanto barco...no sé....Nosotros lo visitaremos en barquito.

Comemos en el restaurante O pescador, porque aquí, como en otros muchos sitios de Europa, al mediodía no se debe comer, a pesar de que hay varios restaurantes, casi todos están cerrados al mediodía, solo abren para cenas...

El restaurante bien, pero muy subido de precio comparando con los sitios donde habíamos estado hasta ahora. Recomendable si quieres pagar unos 50€ por persona, pero comiendo almejas, lubina y zapateira recheada, muy rico (en nuestra tierra es buey de mar relleno,)

Subiendo un poco más hacia el parking, que está por encima del restaurante, hay un agradable paseo por los acantilados, donde vas descubriendo cuevas y calas muy bonitas. Merece la pena el paseo. No tengo fotos porque íbamos sin cámaras.

Al otro lado de la casa hay otra playa no tan masificada como la de Benagil, la Praia do Carvalho. El acceso es por una escalinata que termina en dos túneles que dan acceso a la playa. 




Sábado 21 de septiembre.

Y ahora vamos conocer esta zona....a ver....


Nos vamos en dirección Albufeira, para conocer las playas de sus alrededores, en esta zona hay todo tipo de playas, urbanas, extensas, escondidas, populosas, diminutas, marchosas, famosas, desconocidas, exclusivas. 

Hoy el día ha amanecido bastante nublado, igual mejor, así no habrá tanta gente en las playas.

Nuestra primera parada es la praia dos Arrifes.

Toda esta costa está salpicada de estas curiosas rocas agujereadas en mayor o menor medida, formando cuevas, arcos, y las más diversas formas que puedas imaginar.








Llegamos a Albufeira, pero no paramos, demasiadas casas para nuestro gusto, curioso el Puerto Deportivo, con edificios de colores. 
Dicen que el casco antiguo es bonito para pasear, pero nosotros no le dimos la oportunidad...preferimos paisaje.


Seguimos nuestra ruta playera a la Praia de São Rafael, otra bonita playa con sus falesias (acantilados) amarillos.





La siguiente playa es la praia da Coelha, una gran playa para pasear con la marea baja.






Damos por vistas las playas de esta zona, y nos vamos a otro punto de la costa que se llama Algar Seco o Boneca, pero ya está en el municipio de Carvoeiro.

Una escalera de muchos peldaños baja a una zona de piedras calcáreas agujereadas por la erosión, donde hay una gruta submarina, con charcos y pequeñas piscinas naturales.



Es un paraje costero totalmente salpicado de piedras amarillas  agujereadas, también se llama Sitio da Boneca, porque hay una gran piedra con la silueta de en las que algunos ven una "muñeca".

Tiene un bar-restaurante entre las rocas, con una particular terraza, junto a este restaurante hay un pequeño túnel en la piedra que da paso a una diminuta cueva, con dos ventanas frente al océano.
Desde aquí sale una pasarela de madera que te lleva a la Ermita de Nossa Senhora de Encarnacão en un bonito paseo al borde de los acantilados, algo más de medio kilómetro. 


Una vez que pasas la Ermita, puedes bajar al pueblo de Carvoeiro con su pequeña playa.

El pueblo tiene buena pinta, una plaza muy animada con alguna terracita.



Y volvemos a recoger nuestro coche por el mismo camino, disfrutando de los acantilados y las tórtolas que encontramos en nuestro camino.




Última playa del día, la praia do Vale de Centeanes, otra bonita cala con sus formaciones rocosas, ya en el municipio de Lagoa.


Domingo 22 de septiembre.

Hoy empezamos por algunas playas de nuestra zona, que es domingo, hace buen tiempo y los lugares más turísticos estarán de bote en bote.


Empezamos por la praia da Albandeira, como muchas de las playas del Algarve, por encima de los acantilados siempre hay algún paseo que te lleva a descubrir muchas otras cosas bonitas.




En el caso de esta playa, el paseo te lleva al arco da Albandeira, un precioso paisaje.


La siguiente playa más conocida de esta zona, por sus increíbles formaciones rocosas es la Praia de Marinha. Eso si, el parking abarrotado de coches, hay que madrugar si no quieres encontrar mucha gente, pero la playa merece la pena.









Decidimos dar el salto al municipio de Portimao, en este municipio una de las playas más turísticas es la praia da Rocha, un arenal de más de 1 km de largo, que nosotros, por supuesto, ni pisamos, ya he pasado muchos años veraneando en la playa de Gandia, ahora me gustan los sitios menos bulliciosos. Me estaré haciendo mayor :)

Así que nos dirigimos a la praia do tres Castelhos a tomarnos una cervecita con vistas a la playa en el Bar Cloque, una terraza con bonitas vistas. De aquí sale un paseo hasta la playa de Vau.





Un poco más adelante la Praia do Barranco das Canas conocida como la Praia do Alemão, porque fue un aleman el que se hizo la primera casa en esta zona.


Después nos dirigimos en coche a la Praia de Alvor, dejamos el coche en el parking, esa es una playa bastante grande, en su lado izquierdo conecta con la praia dos três Irmãos, una cala mas pequeña, después de esta playa, cruzando un pequeño pasadizo, se llega a la praia da Prainha, una bonita playa pero abarrotada de gente, llena de las típicas formaciones rocosas de la zona.

Está abarrotada porque hay un restaurante que te baja en ascensor hasta el mismo arenal, así te ahorras el paseo por la playa que hicimos nosotros, y por supuesto, los muchos escalones que tienen las demás playas de la zona. El restaurante es el Canico, recomendado en algunas guías.

El sitio es muy bonito, pero...tanta gente....




Lunes 23 de septiembre.

Hemos dejado para los últimos días, la parte más turística del Algarve para ver si así no había tanta gente, pero nada, está todo abarrotado.

Hoy nos dirigimos al municipio de Lagos, la ciudad es grande, pero no me da tanta sensación de agobio como otras.  

A 3 km de allí, uno de los sitios más visitados del Algarve,  Ponta da Piedade, el aparcamiento está en el antiguo faro, lleno de tenderetes y souvenirs. Un bonito paseo te llevará a ver una impresionantes formaciones rocosas, cuevas, arcos, acantilados y unas cristalinas aguas de color verde.




Unos 200 escalones te acercarán al agua para tener otra perspectiva, en el agua, muchos kayacs y barquitos que también se acercan a Ponta Piedade desde las playas cercanas.
También vimos algunos barcos persiguiendo a un grupo de delfines que supongo que estarían flipando con tanta gente a su alrededor.











Nuestra siguiente playa es la Praia do Camilo, otra bonita playa, con escalones  de madera para bajar a la arena y grandes rocas de piedra caliza.

En el parking, el restaurante O Camilo, donde pensábamos comer, pero que estaba cerrado, así que no pudimos hacerlo.



Muy cerca, la Praia Dona Ana, otra de las más famosas playas del Algarve, el acceso también es por una escalera, no tan alta como la anterior,  esta  tiene su correspondiente chiringuito y sus hamacas y sombrillas de alquiler.


Martes 24 de septiembre.

Último día en el Algarve, hoy hemos decidido coger por fin la barca que nos lleve por las cuevas de estos bonitos acantilados de Benagil, en el municipio de Lagoa, después de ver la cantidad de gente que hace esta excursión hemos decidido coger el primer tour de la mañana, a las 9:15 que a la gente le suele costar madrugar,  y ha sido un gran acierto, nosotros solos en la barca, junto a otra pareja madrugadora.

Nos decidimos por la compañía Taruga Benagil Tour. Y cogimos la visita tradicional que nos costó 30€, dura unos 75 minutos, y entra en las cuevas, algunos tours tienen barcos más grandes pero esos no pueden entrar en las cuevas, así que mejor más pequeños.

Esto es una muestra de lo que pudimos ver desde la perspectiva del mar.

En esta primera foto se puede apreciar nuestro alojamiento en lo alto del acantilado.









Esta es la playa de Benagil, algunas barcas de compañía esperando clientes para empezar la ruta.


Esta grieta es la entrada al Algar de Benagil.



Y famoso algar de Benagil, una cueva abierta, con una pequeña cala.














Y después del paseo en barco, pasamos un agradable día de playa en Benagil.
Comimos en otro restaurante de la zona, recomendable, el Brisa do Mar. Aquí comimos una cataplana, guiso típico de esta zona con patatas y pescado, muy rico.




Y nos despedimos del Algarve y de vosotros, con un vinito verde que nos dejaron de regalo en el apartamento y un bonito atardacer en los acantilados de Benagil.

Algarve, volveremos, pero esta zona turística la damos por vista, volveremos a la costa de Aljezur, Costa Vicentina, y subiremos más hacia el Alentejo. 
Salud!!!!


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