En Semana Santa, si podemos evitarlo, no solemos hacer ningún viaje, en esas fechas lo de encontrar miles de personas por todas partes, con los consecuentes atascos, subidas de precios desorbitadas, mal servicio en los hoteles, restaurantes repletos de clientes y con poco personal para atenderlos en condiciones y demás consecuencias que trae la masificación, no es lo que yo considero el viaje de mis sueños. Así que como tenemos la suerte de poder viajar fuera de temporada, siempre que podemos así lo hacemos.
Pero este año nos hicieron una proposición que no pudimos rechazar, un pueblo abandonado en el Pirineo de Lleida, donde hay una única casa rural habilitada, sólo para nuestro grupo, eramos 5 personas, y la posibilidad única de subir a la montaña y meternos en unos hides (escondites) para fotografiar a las 4 especies de buitres que hay en nuestra Península. Eso si que era atrayente, aunque fuera Semana Santa, no creo que nos cruzáramos con ninguna procesión. Yupiiiiiiiiii.
Así que el mismo día de Jueves Santo, nos pusimos en marcha hacia Lleida. Un poco antes de llegar a la ciudad nos desviamos a Aitona, una zona que está abarrotada de frutales, en su mayoría melocotoneros, y en época de floración ofrece unas vistas maravillosas de flores rosáceas, aunque finales de marzo ya es un poco tarde pero bueno, vamos a pasar y conocer la zona.
Efectivamente era un poco tarde, pero bueno nos permitió hacer alguna que otra foto de los melocotoneros en flor.
Comimos en Soses, en el Restaurant Lo Trull, un sitio muy agradable y con buena comida.
Nos pusimos otra vez en dirección a Buseu con una parada técnica en el supermercado de Tremps, para comprar viandas para pasar un fin de semana en un pueblo aislado del pirineo y que no nos falte de ná.
Y de esta manera llegamos a la casa al atardecer.
Viernes 30 de Marzo.
Hoy nos vienen a buscar para subir la comida al muladar y ayudarnos a instalarnos en los Hides.
El tiempo ha amanecido bastante decente, a pesar de las previsiones que son bastante negativas, pero cruzaremos los dedos, que no parece que haga tan malo.
Llegamos a la zona, estos son los hides.
Tienen el cristal de espejo para que los buitres no te vean y puedan andar a sus anchas.
Allí abajo se puede ver el pueblo de Buseu y nuestro alojamiento para el fin de semana.
Los buitres al ver el coche ya andan impacientes porque saben que llega la comida.
Hay cientos, todos son leonados, porque son los que comen carroña, cuando acaben con la mayoría de la carne llegarán los quebrantahuesos, que sólo comen huesos.
Aquí llega el primer quebrantahuesos con su plumaje anaranjado, es precioso.
Aquí se apuntan a la comilona los buitres negros.
Las crías de quebrantahuesos tienen un plumaje más oscuro, todavía no les han salido los colores anaranjados que tendrán más adelante.
Las etiquetas que algunos llevaban y que afean bastante las fotos por cierto, se las ponen para hacer un seguimiento de su paso por las distintas zonas de la península, ya podían ser un poco más discretos, no sé que tal se sentirán los pájaros con ese pedazo de etiquetas en las alas. Según parece, los aragoneses son los más exagerados en el tamaño de las etiquetas que les colocan.
Entre tanto buitre se atrevió a pasar un Milano Real.
Y ahora aparece el buitre más pequeño, el Alimoche.
Este tiene cara de malo, parece que está agazapado para saltar a por su presa. Si no fuera porque sólo comen animales muertos....y en este caso sólo huesos...
Ahora que ya conocéis las 4 especies, aquí están juntas.
Este zorrillo no vuela, pero se ha pasado por aquí a ver qué pilla.
Y así acabamos un bonito día con miles de fotografías en nuestras cámaras.
Sábado 31 de marzo de 2018
Y así amanece al día siguiente, todo cubierto por un manto blanco, más guapo!!!!
Subimos al muladar...la nieve justa para que no sea incómodo subir pero que cambia totalmente el paisaje a la zona de ayer, hoy no hay tanto buitre, los leonados ya no tienen mucho que comer y han dejado sitio a los quebrantahuesos.
Empieza a nevar fuerte...Nosotros a cubierto....
Deja de nevar pero empieza a caer la niebla....
Y de repente, se despeja, el cielo vuelve a ponerse azul y los quebrantahuesos tienen ganas de juegos en vuelo.
Y de esta manera dejamos atrás una Semana Santa muy diferente.
Tendremos que volver por esta zona, aparte de repetir la experiencia de Buseu que ha sido fantástica parece que hay bonitos cañones que recorrer como el Congost del Mont Rebei, pero que en Semana Santa no va a ser, porque esa ruta si que está a tope. Parking completo.
Tendremos que volver por esta zona, aparte de repetir la experiencia de Buseu que ha sido fantástica parece que hay bonitos cañones que recorrer como el Congost del Mont Rebei, pero que en Semana Santa no va a ser, porque esa ruta si que está a tope. Parking completo.
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